El primer otoño de Laura

Su sonrisa lo dice todo

Llegaron los fríos a Mérida y ya tenemos que abrigarnos y si es de lana y a rayas marchosas mejor que mejor. Laura sigue igual, creciendo y creciendo, preciosa y repartiendo sonrisas. El cintillo es para la pose de modelo, un momento que lo mucho cansa y aburre. Tiene un pelo tan fino que no le aguantan ni los pasadores, ni cintas, por ese lado nos ha salido barata. Le sigue gustando comer, dormir un poco menos y aunque con carácter sigue con esa dulzura que la caracteriza desde que nació.
Ahora nos toca tejer unas cuantas chaquetas, me sobran lanas, me sobran modelos, me faltan horas, y a quien no ¿verdad? Me quejo de purito vicio, pero en casa ya ni me quieren escuchar, lo coloco aquí y ahora no lo van a oir lo van a leer.